(Un recorrido por algunos de los rincones más bellos del planeta)

A finales de mayo, en un tremendo caluroso día de 2005, dos niños se refrescan mirando a la cara este de una de las plazas más grandes del mundo, la Plaza de Naqsh-e Yahán, Plaza Real o Plaza del Imán Jomeini, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979 por la UNESCO. Esta auténtica joya de Isfahán mide 560 metros de largo por 160 de ancho y se encuentra alineada en dirección norte-sur. En frente podemos deleitarnos con el frontal de la mezquita del jeque Lotf Allah, también conocido como el Oratorio del Shah, una de las obras maestras de la arquitectura iraní construida cuando aún prevalecía la dinastía safávida.

La mezquita Jameh o Gran mezquita de Isfahán fue fundada en el siglo VIII por la tribu Banu Taym siguiendo el estilo abasi. Sus minaretes alcanzan una altura de 42 metros y flanquean la cúpula central que aún es más elevada (52 m).

Una toma nocturna del puente de Khaju, también puente Baba Roknoddin, un puente urbano de arcos múltiples y dos pisos construido en el siglo XVII en la mágica y bella Isfahán.

El puente de Khaju, a plena luz del día, sin perder un ápice su belleza.

Detalle de parte del frontal de la mezquita del jeque Lotf Allah.

La espectacularidad del interior de La mezquita del Jeque Loft Allan deja a sus visitantes realmente conmovidos.
Una maravilla, otro mundo
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